Fueron siete los temas que se abordaron en las entrevistas -sin un orden lineal- y que se organizaban de acuerdo a los intereses de los jóvenes entrevistados. Las percepciones e imaginarios urbanos que se construían alrededor de los dos tipos de fachadas seleccionadas revelaron diferencias que permitían a los jóvenes adultos entrevistados distinguir entre calles en donde simplemente se camina y calles en donde se puede salir a caminar. Los jóvenes entrevistados mostraban una mayor disposición para empatizar con las calles cuando podían historizar sus fachadas y hacer una reminiscencia del ambiente construido.
Identificar que las fachadas propicien un alto nivel del sentido de comunidad posibilitaba percibir la calle como un lugar con vida, con gente en la calle a pesar de no verlas, imaginarse la posibilidad de vivir en ellas. “De las pocas o varias veces que he podido caminar por acá [calle con fachadas Tipo A], porque trabajo cerca, veo que acá es un trato cordial, con educación y está relacionado con el tipo de educación que tienen las personas. Por el contrario, una calle con fachadas Tipo A permitía una mayor visibilidad, Marta (mujer, 40 años) resumía, “Es mucho más agradable a la vista.” A pesar de la existencia de un componente subjetivo en esas afinidades, la posibilidad de ver las fachadas marcaba una diferencia.
Por el contrario, una distinción basada en propiedades formales reveló la existencia de cualidades que pueden aumentar o disminuir la disposición a empatizar sin importar el año de construcción de la fachada. Independientemente de que el caminar sea una experiencia multisensorial, la mitad de la información sensorial que es llevada al cerebro es visual (Kandel, 2012) y al trasladarnos a las ciudades han sido las calles las que nos han permitido construir una imagen de ella (Lynch, 2008). Parte de esa imagen ha estado influenciada por las fachadas que contienen y dotan de un carácter habitacional tan característico como se puede observar en la Figura 2 (Holston, 1989). Han sido las fachadas que vemos cuando caminamos las que han dotado de identidad y lenguaje a las diversas calles de nuestras ciudades. El objetivo del presente estudio fue revelar las cualidades formales -identificadas visualmente en las fachadas- que influían en la disposición para empatizar con las calles, como una primera aproximación de los complejos procesos empáticos con la ciudad. Las fachadas son solo un componente más de las diversas razones que pueden existir para que una persona decida salir a caminar.
El 27 de enero del 2009, el Santuario de Santa Filomena fue declarado Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, en consideración a su valor histórico, arquitectónico y simbólico. En al año 2010, un nuevo terremoto afecta a la zona, profundizando los daños a la Iglesia. El proyecto incluía la construcción de una explanada de ingreso, áreas verdes, elementos de descanso para los visitantes y la construcción de salas de uso comunitario.
Él aseguraba que referirse a las cosas como muertas o vivas era impreciso, siendo mejor indicar el nivel de vida identificado en estas. Por un lado, la propuesta biológica sugiere que la distinción entre materia y vida se da por las distintas estructuras moleculares que le dan característica distintiva de vida; por otro lado, la filosófica ha propuesto que esa distinción está basada en los niveles de ser que la materia posee. Un alto nivel del ser reflejaría una mayor complejidad de la estructura de la materia (Jeuken, 1975).
Yo he trabajado por detrás de Larcomar, donde hay un montón de edificios, y ahí ponen más vigilancia, por ejemplo. La visibilidad era la cualidad que tenían las fachadas para permitir su apreciación y que el caminar no fuera un simple desplazamiento. Era la manera más rápida de recopilar información del entorno físico inmediato para ejercer un cierto management. Sin embargo, si los dos tipos de fachadas eran entendidas bajo las mismas condiciones, es decir, en un mismo entorno, las Tipo A eran las que aumentaban la disposición para salir a caminar. Si bien el enfoque estuvo en las fachadas, esto no debe malinterpretarse asumiendo que es el único elemento de la calle que importa.
Explorarla está a nuestro alcance y podemos empezar a sentirnos dentro y parte de ella. No obstante, he revelado contrastes que merecen ser abordados a profundidad en futuros estudios y con un diseño metodológico distinto. Se trabajó con un grupo social especial, jóvenes adultos limeños, por lo que se espera que los resultados posibiliten estudios con otros grupos sociales -niños, ancianos, discapacitados, and so forth.- y en otros contextos. Para evitar la confusión se debe realizar una distinción entre varios niveles de pensamiento. Por un lado, tenemos la definición biológica que se basa en el fenómeno de la vida, un complejo sistema fisicoquímico cuyas dos principales peculiaridades son el almacenaje y replicación de información molecular en forma de ácido nucleico y la presencia de catálisis enzimática (Abercrombie et al., 1990).
Además, se incluyen audios con voces de cantoras -correspondientes al Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional-, quienes expresan su pesar frente la muerte y la enfermedad, para encarnar en primera persona y desde el mundo vernáculo estas experiencias. El siglo XVIII es el de la madurez de urbanismo barroco, donde la arquitectura toma una dimensión de arte urbano, que se impone en la conformación de todas las artes. Gran riqueza decorativa y exuberancia formal tanto en los espacios interiores como al exterior, aunque más sobrio. Amor desenfrenado por lo curvilíneo y el triunfo de la columna salomónica. El arco descansa sobre la columna por medio de un entablamento (al modo romano), o descansa directamente sobre el capitel (modo bizantino). Además, se incluyen audios con voces de cantoras -correspondientes al Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional-, quienes expresan su pesar frente la muerte y la enfermedad, para encarnar estas experiencias en primera persona y desde el mundo vernáculo.
Davis (1996) se ha esforzado en proponer una definición que intente abordar las distintas variables que influyen en ella catalogándola como el conjunto de constructos relacionados con las respuestas de un individuo a las experiencias del otro. Sin embargo, la empatía no ha sido una interacción exclusiva entre seres humanos y no es recomendable adecuar las técnicas de medición hacia este tipo de empatía. Además, se incluyen audios con voces de cantoras –correspondientes al Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional–, quienes expresan su pesar frente la muerte y la enfermedad, para encarnar en primera persona y desde el mundo vernáculo estas experiencias.
Por lo tanto, la intención no fue elaborar una teoría common sobre la empatía con el entorno construido, sino enfocarse en un elemento -fachadas- y un caso -tres barrios de la ciudad de Lima- para empezar a abordar este complejo tema. Las concepts y opiniones fueron procesadas por categorías de codificación que en una primera instancia permitía elevarlas a conceptos, compararlas y reajustarlas constantemente. Estos conceptos entran enfrentados entre ellos para desarrollar categorías que, luego, eran asociados por similitud en cualidades que se consideraron influían en los niveles de la disposición para empatizar con las calles. Cuando alguien indica que “saldrá a caminar” ¿qué quiere decir y en qué se diferencia del mero “caminar”? En principio, se asume que lo hará en el espacio exterior, que en el caso de las ciudades, es el espacio público compuesto por calles y plazas. Sin embargo, no saldrá a caminar por cualquier calle, sino por aquella que le permita realizar una específica interacción que posibilite aumentar su disposición para empatizar con ella.