El proyecto, que se basaba en la ratificación de Roma como ciudad santa, estableció el precedente para las intervenciones que se habrían de llevar a cabo en diversas ciudades europeas. Bajo la curatoría de Gloria Cortés Aliaga, la muestra presenta una selección de más de 30 obras de la Colección MNBA realizadas principalmente entre los siglos XIX y principios del XX, correspondientes a diversos períodos y estilos. Considerando el actual contexto sanitario se organizarán diversas actividades con la curadora y expertos que permitirán ampliar las perspectivas relacionadas con la experiencia de la muerte, como la medicina o el mundo well-liked. Se realizará una transmisión en vivo vía Youtube, como parte del programa Desde el Museo, que desarrolla el área de Mediación y Educación del MNBA y que contará con la participación de invitados especiales. Esto se complementa con el audio sobre la pintura El Niño Enfermo de Pedro Lira, vía whatsapp que se enviará a quienes quieran inscribirse a la lista del proyecto Viajeras. Cuando las fachadas de una calle invitan salir a caminar -es decir, pasear- la ciudad no es ajena.
Las veces que la empatía había sido estudiada no se la había abordado como una interacción absoluta, sino como una por niveles, en donde ha sido importante revelar si ha existido una mayor o menor disposición a empatizar. Tan importante como el nivel de la disposición de una persona para empatizar han sido las características del objetivo a empatizar. Por lo tanto, las características físicas que puedan tener una calle o sus elementos influirán en posibilitar o limitar la disposición de las personas para empatizar con ella.
Caminar por las calles de Lima implica ser testigo del cambio formal de las diversas fachadas de una calle. Decenas de edificios han sido derrumbados para dar paso a otros nuevos, pero con una organización ornamental distinta y entre los distritos que más han acogido estos cambios están los de la zona suroeste. Este fue uno de los motivos para seleccionar los barrios de Lince, Jesús María y Santa Beatriz. Primero se seleccionaron calles en donde sus fachadas ya habían cambiado -caso típico de esos tres barrios- y luego se buscaron calles cerca de ellas en donde sus fachadas aún se conserven (Figura 3). Para revelar el modo en que las fachadas influían en la disposición para empatizar con las calles se decidió comparar dos tipos distintos y observar qué percepciones e imaginarios urbanos se construían cuando se caminaba a través de ellas.
Esta thought de vida hacía referencia a patrones de comportamiento social y a como las fachadas las posibilitaban o limitaban. Entre las diversas cualidades encontradas por los jóvenes entrevistados destacaban cinco a las cuales le dedicaban más tiempo para explicar. Estas eran la localización, la visibilidad, la variedad, el sentido de comunidad y la historización. No se encontró un orden o una jerarquía evidente -algunas personas priorizaban unas sobre otras- pero no era motivo suficiente como para generalizar. Identificar estas cualidades en las fachadas permitía aumentar la disposición para empatizar con la calle; cuando eso sucedía, el caminar adquiría un nuevo carácter y se podía salir a caminar.
La disposición para empatizar con las fachadas estaba influenciada por el entorno y podría resumirse como lo expresaba Elsa (mujer, 22 años), “depende de la zona”. La localización era necesaria conocer para empezar a comprender y controlar las limitaciones físicas. Lo que se espera es que permitan abrir nuevos debates sobre el análisis de la interacción cotidiana entre las personas y sus calles.
Los entablamentos adoptan la curva y los frontones se parten y adoptan curvas, contra curvas y espirales. Todo en un orden dentro de trazados de plantas en base a figuras geométricas como el triangulo equilátero y Se adopta la elíptica, la forma oval y otras formas (como la de abeja de Borromini). “La muerte es una realidad que acompaña nuestra humanidad de manera permanente. Por más que intentemos olvidarla, nos sorprende cuando menos lo pensamos, como lo hacen también las miserias, sufrimientos y limitaciones que son como pequeñas muertes. Ver este universo de muerte y sufrimiento con los ojos de los artistas nos permite contemplarla con otros ojos y ver su indudable dimensión trascendente.
Las fachadas Tipo A, además de poseer un elevado nivel de vida, podían proyectarla hacia la calle permitiendo asociarlas a experiencias sociales con las cuales los jóvenes entrevistados mostraban una alta afinidad y que, además, dotaban de vida a la calle. El sentido de comunidad era la cualidad que tenían las fachadas para posibilitar que los diversos elementos que componían la calle interactuaran entre ellos intensamente. La variedad era organizada en un sistema más complejo que permitía a los jóvenes adultos entrevistados sumergirse en prácticas sociales con los cuales desarrollaban una afinidad. Ubicado en la comuna de Santa María, Región de Valparaíso, el Santuario de Santa Filomena es el escenario de la principal festividad religiosa de la zona, la que congrega a un gran número de visitantes desde distintos puntos de la región y del país. El Templo de Santa Filomena fue construido por iniciativa del hacendado Manuel de Guilisasti, quien en cumplimiento de una manda, ordenó levantar el Templo. La edificación desde un principio resaltó por su majestuosidad, la que contrasta con la rusticidad propia del entorno rural donde se inserta.
La localización permitía reconocer barrios limeños en donde un determinado tipo de fachadas debía conservarse cuando se construía un nuevo edificio, Mateo (hombre, 23 años) explicaba, “Depende de donde esté ubicado [el nuevo edificio]. Si está ubicado en el Centro de Lima, yo prefiero que sea así [Tipo A].” Realizar esa asociación permitía identificar el carácter que se espera del lugar. Los hallazgos revelaron que existía una mayor disposición para empatizar con fachadas que eran consideradas como elementos que daban vida a la calle. Desplazarse por ese tipo de calles posibilitaba disfrutar el caminar, distraerse, apreciar y experimentar la ciudad; en otras palabras, salir a caminar. Revelar cómo influían las fachadas en la disposición para empatizar con las calles y cómo esto se relacionaba con el salir a caminar implicaba analizar las diversas percepciones e imaginarios urbanos que se construían alrededor de ellas. Revelar qué distinguía el salir a caminar del simplemente caminar implicaba identificar cuáles eran las cualidades que la posibilitaban.
Se trabajó con ellas porque se intentó problematizar su rol al ser elementos privados que influyen en la imagen pública de la ciudad que se construye diariamente. Son los elementos que dan el carácter habitacional de la calle y rápidamente se perciben visualmente. La dificultad de trasladar a los entrevistados para que caminen por las calles de estudio propició la creación de una herramienta gráfica que permitiese recrear esa acción desde un solo lugar, controlando así ciertas variables.
También se realizará una transmisión en vivo vía Youtube, como parte del programa Desde el Museo, que desarrolla el área de Mediación y Educación del MNBA y que contará con la participación de invitados especiales. Esto se complementa con el audio sobre la pintura El Niño Enfermo de Pedro Lira, vía Whatsapp que se enviará a quienes quieran inscribirse a la lista del proyecto Viajeras. También se incluye La ley del honor (1894), realizada en París por el pintor chileno Juan Harris.