«La idea es que cuando no se ocupe, se pueda usar como un espacio cultura o anfiteatro», agrega Ponce. «Las personas van a compartir los puestos (…) van a turnarse de manera solidaria en la atención y a compartir las utilidades de los que venden. Los productos van a tener un código de barras asociado a cada artesano», resalta el edil. De hecho, parte de las personas que laboren en el lugar, serán de los talleres que hoy mantiene el municipio con artesanos del sector. Este «pueblito» contará con cerca de a hundred and fifty locales, a los que se sumará un restaurant, cocinerías, baños y estacionamientos. Teóricamente, incentivará el «sistema solidario de trabajo», según describe el jefe comunal. El proyecto, que implicará una inversión complete de $ 1.500 millones ($ 1.000 millones aportados por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y los $ 500 restantes por el municipio), pretende dar un nuevo espacio para la recreación de los puentealtinos y, además, incentivar el desarrollo de nuevos empleos para sus habitantes.
Por lo tanto, las características físicas que puedan tener una calle o sus elementos influirán en posibilitar o limitar la disposición de las personas para empatizar con ella. La empatía ha sido abordada desde distintas disciplinas y ciencias, cada una aportando significativamente a su complejidad y exponiendo su importancia para las diversas interacciones humanas. No obstante, esto ha provocado distintas conceptualizaciones y diversas técnicas de medición cuantitativa (Coplan y Goldie, 2011). Coloquialmente se la ha entendido como el “ponerse en los zapatos del otro” para percibir la realidad desde su punto de vista y comprender las situaciones ajenas. Davis (1996) se ha esforzado en proponer una definición que intente abordar las distintas variables que influyen en ella catalogándola como el conjunto de constructos relacionados con las respuestas de un individuo a las experiencias del otro. Sin embargo, la empatía no ha sido una interacción exclusiva entre seres humanos y no es recomendable adecuar las técnicas de medición hacia este tipo de empatía.
Erikson (1982) denominó ese rango de edad como jóvenes adultos -19 a 40 años- y los caracterizó por estar en un proceso de construcción de una identidad que influirá en sus relaciones con los demás. Dentro de las calles seleccionadas se catalogó cada fachada con un código y fueron analizadas bajo un índice de existencia y manipulación de las 15 propiedades formales de Alexander (2002), lo que distinguió a las fachadas en dos tipos, identificando a las de mayor porcentaje como Tipo A y a las de menor como Tipo B (Tabla 2). Para Alexander, realizar esa distinción reflejaría el nivel de vida de cada una de esas fachadas. Se decidió abordar este proceso desde un contexto físico y social explicit como es el caso de la ciudad de Lima, la más importante y que contiene a casi un tercio de la población del Perú (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2018). Desde hace algo más de 20 años Lima ha experimentado diversas transformaciones económicas e institucionales promovidas por organismos multilaterales (Rolnik, 2017) que han disminuido la injerencia del estado y aumentado la del sector privado.
Lo llamativo del futuro parque, es la estructura que será similar al pueblo de «Hobbits», La Comarca, lugar ficticio de la saga «El señor de los Anillos«. El lugar tendrá combinaciones entre diseños de madera, ventanas ovaladas y variadas características que serán traídas de la fantasía a la realidad. Además, se incluyen audios con voces de cantoras –correspondientes al Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional–, quienes expresan su pesar frente la muerte y la enfermedad, para encarnar en primera persona y desde el mundo vernáculo estas experiencias.
Gran riqueza decorativa y exuberancia formal tanto en los espacios interiores como al exterior, aunque más sobrio. Amor desenfrenado por lo curvilíneo y el triunfo de la columna salomónica. El arco descansa sobre la columna por medio de un entablamento (al modo romano), o descansa directamente sobre el capitel (modo bizantino).
El 27 de enero del 2009, el Santuario de Santa Filomena fue declarado Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, en consideración a su valor histórico, arquitectónico y simbólico. En al año 2010, un nuevo terremoto afecta a la zona, profundizando los daños a la Iglesia. El proyecto incluía la construcción de una explanada de ingreso, áreas verdes, elementos de descanso para los visitantes y la construcción de salas de uso comunitario. El tipo de fachadas que incrementaba la disposición para empatizar eran las consideradas con un elevado nivel de vida. Este nivel se relacionaba a las cualidades de localización, visibilidad, variedad, sentido de comunidad e historización.
Se trabajó con un grupo social especial, jóvenes adultos limeños, por lo que se espera que los resultados posibiliten estudios con otros grupos sociales -niños, ancianos, discapacitados, and so on.- y en otros contextos. Si bien el enfoque estuvo en las fachadas, esto no debe malinterpretarse asumiendo que es el único elemento de la calle que importa. Se trabajó con ellas porque se intentó problematizar su rol al ser elementos privados que influyen en la imagen pública de la ciudad que se construye diariamente. Son los elementos que dan el carácter habitacional de la calle y rápidamente se perciben visualmente.
La variedad era la cualidad de las fachadas para permitir explorar visualmente los detalles de su organización decorative. La disposición para empatizar con la calle aumentaba o disminuía si se reconocía en sus fachadas una variedad ligada a la posibilidad de identificar en ella elementos con los cuales reconocerse. Uno de los medios más comunes que han tenido las personas para conocer y construir una imagen de sus ciudades ha sido caminando a través de ellas (Lynch, 2008).
La importancia de contar historias no ha radicado en su veracidad, sino en su capacidad para transmitir información relevante, como conocimientos ancestrales, tradiciones, costumbres culturales o valores morales (Young y Saver, 2001). Contar una historia atractiva sobre algo no depende únicamente de la habilidad de quien lo cuenta, sino también de que las características formales del objeto lo permitan. Una idea de identidad emergía a partir de las historias que la soportaban y, para la ciudad de Lima, lo colonial era lo más recurrente. Aquellas fachadas no fueron hechas en esa época ni eran del mismo estilo formal, sin embargo, la manera de organizarlas ornamentalmente hacia recordarlas. Para abordar ese problema se utilizó un enfoque cualitativo que permitiese a los entrevistados, con sus concepts y opiniones, ser partícipes de la construcción de conocimiento.